¿Qué es el Feminismo?

El Feminismo es una ideología y un conjunto de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Son muchas las personas que piensan que el Feminismo está en contra de los hombres. Eso es el Hembrismo.





Leí hace poco, un documento anónimo que hablaba del Hembrismo y de sus parecidos con el Feminismo.

¿EN QUÉ SE PARECE EL HEMBRISMO AL FEMINISMO?

En nada, como tampoco se parece el discurso de este texto al machismo, aunque habrá quien me acuse de ello (recuerde que la acusación indiscriminada es una de las características más recurrentes del hembrismo).

El feminismo auténtico se esfuerza por comprender a los hombres tanto como a las mujeres.

Trata de situar a ambos en un plano de igualdad, si no física o psíquica, sí de oportunidades, de bienestar... no busca perpetuar sus privilegios, no juegan al ventajismo.

Piden los mismos derechos que los hombres con la misma boca con que reclaman sus mismas obligaciones.

Critican tanto las carencias del varón como las suyas propias.

Emula sólo aquellos aspectos positivos del hombre, y evita imitar los negativos. Escucha y razona (lo contrario no es feminismo).

Es tan dinámico como tolerante (más que militante y espectacular).

No se complace en fingir que las mujeres son víctimas de este mundo en tanto que los hombres son los triunfadores, sino que valoran la lucha que unos y otros libramos en distintos frentes.

Renuncian a ser parásitos (por ejemplo, no van asumiendo y enseñando que las mujeres que reclaman una pensión alimenticia tienen derecho a ella en tanto que los hombres que la piden son buscadores de oro).

El feminismo renuncia a que se valore a una mujer sólo por su sexappeal, y con la misma minuciosidad, evita el cliché del hombre rico, guapo, alto y de hombros anchos al que se le escucha por lo que aparenta o lo que tiene.

Tampoco cree ya que los hombres son tan estúpidos como para querer sólo a mujeres que no tengan éxito.

También sabe valorar ese éxito de una manera distinta, no necesariamente como la obtención de una fortuna y una fama.

No pretende tener siempre la última palabra: razona y es tolerante, lo que le permite librarse de multitud de clichés, algunos de corte hembrista.

Trabaja duro y con coherencia y sensibilidad.

Mira más allá de sí mismo, y lucha por aprender, sin empecinarse en enseñar.

Comete errores como todo ser humano, y es capaz de reconocerlos.

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